En el mundo de las licitaciones públicas existen muchas oportunidades que se dejan de lado para seguir otras. Y aunque no lo creas, ese tipo de decisiones tienen un costo: el Costo de Oportunidad.
Es seguro que si eres un entendido en finanzas hayas leído sobre el Costo de Oportunidad. Pero si no, podríamos graficarlo como pasa en esas películas donde te muestran todo lo que hubiera pasado si nos hubiéramos tomado la decisión contraria. En nuestro caso, todo lo que hubiera pasado de haber postulado a la licitación B en lugar de la licitación A.
Eso en el plano fantasioso, pero poniéndonos serios, el Costo de Oportunidad se define como el costo de la inversión de recursos disponibles a costa de la mejor inversión alternativa disponible. En otras palabras, es el valor de aquello que descartaste cuando se hace una elección determinada. Esta definición fue hecha a comienzos del siglo XX por Friedrich von Wieser, uno de los economistas más destacados de su tiempo.
Pero más allá de lo teórico, en lo práctico lo vivimos a diario. Es cuando llega ese momento de analizar los pro y contras o, como dicen por ahí, poner sobre una balanza todo lo que puede suceder si nos inclinamos por una u otra opción. Para los indecisos, este indicador podría ser un salvavidas.
¿Cómo lo aplicamos en las compras públicas?
En el mundo de las compras públicas hay muchos factores que determinan la evaluación del costo de oportunidad en los negocios. Y es que Mercado Público, en nuestro caso, es un torrente eterno de oportunidades. Tener en cuenta este medidor puede ser una enorme ayuda para tomar mejores decisiones e identificar las buenas oportunidades cuando se presentan.
Según nuestros amigos de Chipax, existen varias formas de calcular el costo de oportunidad, pero básicamente todo se resume a la resta del retorno de la decisión no tomada con el retorno de la que tomaste. O sea:
CO = Opción no elegida — Opción elegida
El resultado de esta operación podrá ser medido como tiempo, cantidad, dinero o la unidad que mida mejor el impacto de la decisión que estás tomando.
Como estamos trabajando en compras públicas y estamos barajando licitaciones, podemos definir una serie de factores que pueden determinar una elección. Por ejemplo, podemos ir desde lo principal, como el monto disponible, el stock o extensión de tiempo por el servicio solicitado. O también evaluar otras dimensiones, como el índice de reclamos para comparar clientes, competitividad, entre varios otros.
El costo de oportunidad te entrega una mejor visión de posibilidad entre una opción u otra. Si no tenías considerado este valor, es algo que te permitirá emprender en Mercado Público con mayor inteligencia. Y lo mejor de todo, es que con LicitaLAB tendrás toda la información que te permitirá medir este y más factores con los datos que necesitas.