Las compras ágiles son procesos tan rápidos que en un pestañear, te adjudicas el contrato o lo pierdes por diferencias ridículas de precio.
Hace un par de días estuve inmerso en la labor de buscar alguna oportunidad de negocio en las compras ágiles de Mercado Público. No fue tan difícil llegar a una solicitud que se ajustaba a mi negocio, así que decidí presentar mi cotización. Para postular estudié todas las variables de rutina: precios de mercado, qué competidores irían al proceso, cuáles serían los plazos, etc; y todo estaba dado para lograr la orden de compra.
Una vez cerrada la compra la sorpresa fue grande. La orden de compra no había sido adjudicada para mi, sino que se la llevó otra empresa. Lo peor de todo, por una diferencia de solo 2 pesos.
Esto, después de vivir la frustración, preferí transformarlo en reflexión. Además de comprobar el constante dinamismo y el alto nivel de competitividad en la compra ágil, es considerar que cada detalle cuenta para lograr el éxito en esta modalidad. Y por otro lado, dar vuelta la página y volver a intentarlo en una nueva oportunidad. Al fin y al cabo, son muchas las que aparecen cada día y aplicar el método del “ensayo y error” es mucho más fácil y menos costoso que con una licitación normal.
¿Cómo se vende en una compra ágil?
Desde que comenzó su aplicación, Compra Ágil se transformó en una de las modalidades con mayor movimiento en Mercado Público. Y es que su constante movimiento y fácil participación ha hecho que sea un blanco importante para todas las empresas que ofrecen sus productos y servicios en Mercado Público.
A finales del año pasado, el módulo de cotizaciones de Compra Ágil en la plataforma pública fue actualizado. Dentro de los cambios más visibles, fue la integración de un cotizador mucho más fácil y rápido de usar, donde cada usuario puede armar su propuesta directo desde la plataforma. En el detalle de compra hay diferentes casillas por cada ítem solicitado, donde se puede agregar el valor unitario de cada producto, el costo de despacho y la descripción complementaria de cada propuesta.
A medida que se va llenando de información, la cotización va entregándote una visualización preliminar de tu oferta. En otras palabras, vas viendo en tiempo real cómo será tu propuesta e identificar los puntos a corregir para ajustar tu postulación. O sea, hicieron que las compras ágiles rindieran honor a su nombre, simplificando y modernizando -aún más- el proceso para todas las partes.
Ir dos pesos más adelante
Dentro de todos los factores que suman complejidad a cada proceso de vender al Estado, aparece -también- la creciente y fuerte competencia que existe en cada negocio que se hace bajo Compra Ágil. Sumado a eso, los plazos son más acotados que una licitación pública más tradicional, donde básicamente, “el que pestañea pierde”.
Para adelantar trabajo y estar siempre actualizado de todos los cambios de tu mercado, en LicitaLAB contamos con un módulo de reportes especializados solo en esta modalidad. Uno que puede ser muy útil para casos como los del contrato perdido por 2 pesos es el precios unitarios. Con este reporte es muy fácil monitorear las variaciones de precio a lo largo del tiempo, quiénes son las empresas que están vendiendo lo mismo que tú y filtrar datos para análisis más exhaustivos.
Así, es mucho más fácil reducir cualquier margen de error que, en modalidades tan volátiles como Compra Ágil, se agradece un montón. Y, aunque el éxito no se asegura del todo, conseguir contratos puede ser más fácil que sin herramientas como las que ofrece LicitaLAB.
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